
Comenzaba la tarde, con un pasacalles por algunas de las calles del recorrido que haría después la procesión de la Santísima Virgen interpretando nuestro repertorio para la ocasión, sonando entre otras XXV Años, Hispalis o Carmen.

Toda la noche transcurrió notablemente, con comentarios muy positivos a nivel musical y de formalidad y recibiendo la visita de varias hermandades de cara a la próximos compromisos.
Y llegó el momento de ponerle música a la Virgen.
Durante dos horas aproximadamente estuvimos tras la Madre de todos los Villaverderos.
Sin duda, una noche que no olvidaremos nunca y que por supuesto, nos encantaría repetir cada 8 de Septiembre.